domingo, 16 de junio de 2013

Feliz día del Padre

Hoy en el día del Padre queremos felicitar a los Maestros e Instructores que tienen la fortuna de ser PADRES.  Aquellos Padres que son Maestros y que tienen la responsabilidad de ser los forjadores y artífices del carácter, la personalidad y el intelecto de los niños y jóvenes en sus entrenamientos.

Felicidades porque dedican su tiempo y esfuerzo a enseñar a esas generaciones futuras con cariño, dedicación y cuidado, tanto que adoptan a sus discípulos como hijos prodigándoles el mismo trato.



Dice un proverbio chino:
El que te enseña por un día es padre por toda la vida.

En oriente el instructor y el maestro son figuras muy respetadas y en algunos casos motivo de gran veneración dados sus conocimientos y sabiduría.
Desde la infancia se enseña al discípulo a respetar, y esta actitud llega hasta la vida adulta, aquí en México la tradición se mantiene aunque hay sus excepciones y algunos adultos olvidan ese principio, hay que recordar que un Maestro solo nos muestra el camino, pero es responsabilidad de cada quien la manera en que lo recorremos.

Debemos reconocer a esa persona que nos guio y trato de esculpir en nosotros una obra de arte, siendo que en ocasiones somos un montículo de arcilla de muy mala calidad queriendo ser una fina piezas de mármol. No debemos olvidar, NO hay maestro que antes no haya sido discípulo. Nadie nace sabiendo.

Cuenta una no muy conocida anécdota que en cierta ocasión un escultor de Florencia, en tiempos de Miguel Ángel, al tratar de esculpir una estatua de mármol que le habían encargado, se vio completamente perdido y dejó la obra inconclusa y mal hecha. Decidió llamar a su amigo Miguel Ángel, para ver si podía ayudarle a salvar la obra.
Cuando el gran maestro llegó, echó una mirada a aquella obra sin terminar, y después de un breve silencio le ordenó a su amigo que trajera otro bloque de mármol, porque de la obra inconclusa no podía hacerse nada que valiera la pena, ya que los rasgos y contornos de una estatua mal hecha son imposibles de corregir.

En el arte marcial sucede lo mismo, si los niños y jóvenes no son guiados por un buen maestro pudieran ser una obra inconclusa o una pieza de difícil corrección.

Los mejores maestros son aquellos que saben transformarse en puentes y que invitan a sus discípulos a franquearlos para superarse día a día, porque un alumno tiene la obligación de superar a su maestro, el profesor que facilita el camino solo conoce, conocer no indica saber enseñar, para enseñar hay que tener conocimientos, educación y formación.
Hay maestros a los que les reconocerás todo lo que sabes o parte de lo que conoces, hay algunos que sin ser tus maestros te han enseñado con sus malos actos a ser mejor que ellos.

• Del maestro hablador he aprendido a callar y ser prudente, porque me enseño que “todos tenemos cola que le pisen”.

• Del maestro intolerante aprendí ser indulgente, porque todos cometemos errores.

• Del maestro hipócrita, aprendí ser honesto, directo y sincero, porque mentir es de cobardes.

Y por curioso que parezca, aunque no fueron mis maestros, aprendí cosas buenas que hoy agradezco.